Actual sede de la Delegación de Hacienda y Administraciones Públicas en Albacete de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Fábrica de Harinas es uno de los edificios más imponentes que pueden encontrarse en la capital manchega.
Fue construido en el año 1916 en pleno Paseo de la Cuba e inaugurado en 1917 y desde entonces llama la atención de turistas y viandantes que caminan por el Paseo de la Cuba albaceteño..¿quieres saber más sobre el?
En AlbaceteGuía te lo contamos.
Breve historia de la Fábrica de Harinas de Albacete
La firma Fontecha y Cano fue fundada en el año 1912 por Francisco Fontecha Nieto y Filiberto Cano Nieto como empresa dedicada a la elaboración de harinas en sus diferentes fábricas de Albacete, Murcia y Villarrobledo.
Aunque Fontecha y Cano S.A. tuvieron esplendor comercial en la primera mitad del siglo llegando a producir más de 150.000 kg de harina al día que eran exportados mayormente al extranjero, con los años la harina dejó de ser su negocio principal de la marca, diversificando el negocio como empresa de distribución de artículos para el hogar, textil, menaje, mobiliario, etc. llegando a instalarse como grandes almacenes en los 70 en el edificio de la calle Tesifonte Gallego que actualmente ocupa la marca de moda Sfera.
Pero en su origen, Fontecha y Cano S.A. era una importante empresa de harinas a nivel nacional e internacional que ante el volumen de trabajo encargó a la Casa Daverio Henrici & Co de Zurich la construcción de una fábrica para la producción de harina. Su arquitectura corresponde al diseño fabril e industrial de comienzos del siglo XX, donde el edificio estaba inicialmente pensado con fines industriales pero también personales, con viviendas para los trabajadores de la fábrica, además de muelles, talleres y almacenes.
Estilo modernista
Su estilo es art nouveau, modernista, y cuenta con cuatro alturas y ventanales estrechos y alargados a excepción de su parte central donde pueden verse ventanales de unas mayores dimensiones. Junto a ellas, una amplia balconada a media altura. Para su construcción, más de 600 personas bajo la supervisión de ingenieros suizos trabajaron a destajo para construirla en apenas 18 meses de plazo.
Destacan, en la actualidad, en su conjunto los jardines y una larga escalinata dominada en su pié por dos leones de piedra. En su parte superior puede verse impreso el año 1916 (año de construcción) . En su exterior, puede verse una escultura de una figura femenina y se mantienen algunas de sus vallados originales que resisten el paso del tiempo.
Nuevos usos para la fábrica
La fábrica dio por acabada su actividad principal a finales de la década de los 80, en concreto en 1989. Un año después, en 1990 el Ayuntamiento de Albacete adquirió el emblemático edificio con fines públicos para, posteriormente, en el año 2000 cederlo a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el cual procedió a una profunda rehabilitación cuyo presupuesto total fue de 8 millones de euros.
En su rehabilitación, destinada al nuevo uso administrativo, se eliminaron las barreras industriales, se retiraron las vivienda obreras y se construyó un edificio anexo con auditorio y sala de exposiciones. Así como también un semisótano para archivaje y garaje. Quedó en pié el edificio principal con 825 metros cuadrados en cada una de sus plantas para albergar oficinas, pasillos y otras dependencias administrativas.
Fue en 2003, bajo el mandato regional de José Bono cuando se reinauguró la Fábrica de Harinas de Albacete como sede de la Delegación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el cual, en 2012 dejó esta ubicación para pasar a ocupar la también emblemática Casa Perona. Ahora, la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas es su inquilina y hace usos de sus estancias y oficinas.
La leyenda de los leones de la escalinata
La Fábrica de Harinas de Fontecha no está exenta de mitos y leyendas. Cuenta el mito que en una ocasión dos ladrones entraron en la fábrica con la intención de robar cereal. Cargados con su botín intentaron salir sigilosamente en mitad de la noche para no ser vistos. De repente levitó un ángel blanco con rasgos femeninos y pies descalzos y los señaló por haber cometido un inapropiado acto de robo. Los ladrones explicaron al ángel las razones que les llevó a realizar el robo, entre ellas, el hambre y la necesidad que sus familias pasaban.
El ángel sintió compasión por ellos y les permitió cargar un solo saco a cada uno que les permitiese alimentar a sus familias. Mientras uno de los ladrones administró el cereal para su propio consumo, el otro lo vendió y especuló con el. Ninguno de los dos guardó el grano para sembrar. De una manera u otra el cereal del robo acabó por agotarse y lejos de buscar otras formas más honradas de conseguir alimento, los dos ladrones decidieron volver a la Fábrica de Harinas a robar. De nuevo cargados con sacos de cereal los ladrones fueron sorprendidos una vez más por el ángel. A diferencia de la ocasión anterior, no hubo piedad y lleno de furia el ángel pronunció:
Seréis a partir de hoy leones. Leones que custodiarán eternamente este edificio. Guardareis el cereal y la harina que de el se desprenda. Y seréis guardianes del amor de todas aquellas parejas que vengan aquí a sellar su destino.
De hombres a leones
Acto seguido transformó a los dos hombres en leones de piedra manteniendo algunos de sus rasgos humanos. Al ladrón que utilizó el cereal para su consumo propio lo ubicó hacia el este para que pudiera ver la salida del sol. Al ladrón que malvendió el trigo lo colocó orientado al norte de manera que nunca pudiera ver el sol.
En el pie de la escalinata principal de la Fábrica de Harinas de Albacete puede contemplarse a los dos ladrones convertidos en leones. Cargando con el peso de su culpa y testigos del paso del tiempo y del trasiego de visitantes al edificio albaceteño. En ellos se pueden ver grabadas las iniciales de los propietarios originales de la Fábrica, F & C (Fontecha y Cano) así como diferentes símbolos; la Vara de Caduceo, el Cuerno de la Abundancia, Espigas de Trigo o una Rueda dentada, que hacen referencia a los sectores del comercio, la agricultura, la industria y la prosperidad.
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