Albacete cuenta con un refugio antiaéreo conservado en la zona centro de la capital. Se trata del Refugio antiaéreo de la Plaza del Altozano, rehabilitado y reconvertido ahora en nueva oficina de turismo de la capital manchega y de visita obligada para todo visitante de la ciudad.
Desde AlbaceteGuía queremos contarte un poco más sobre su historia. Sigue leyendo.
Los refugios antiaéreos en toda España
La construcción de túneles y bunkers bajo tierra fue una actuación que sirvió de protección y salvación de decenas de miles de vidas humanas durante la Guerra Civil Española. Estas obras arquitectónicas subterráneas (y estratégicas) fueron de vital importancia para la población y, pasados los años, verdaderos tesoros de ingeniería urbana, muchos de ellos de larga longitud y diseño que han sido preservados y protegidos por los Ayuntamientos dentro de su catálogo de bienes históricos.
Construidos en su mayoría en los años 1937 y 1938, hoy algunos de ellos son un atractivo reclamo turístico que sirve para recordar la historia de nuestro país y honrar el recuerdo de muchos de los ciudadanos españoles fallecidos en la contienda bélica.
Ciudades como Alicante cuentan con largos túneles completamente restaurados cómo los que los de la Plaza Balmis o la Plaza de Séneca, con capacidades para refugiar a 600 y 1200 personas respectivamente. En capitales como Barcelona pueden contarse más de 1000 refugios como el de la Plaza del Diamant o el Refugio 307. Madrid vio reconvertidas líneas de metro en túneles antibombas, siendo una de las ciudades más asediadas y necesitadas de protección a sus habitantes. O ciudades como Almería, Cartagena, Santander o Valencia, la cual construyó refugios escolares para proteger a niños y niñas, también cuentan con galerías subterráneas que nos trasladan a días históricos y de sufrimiento de la Guerra Civil Española y, por ende, de nuestro país.
Los ataques aéreos a la ciudad de Albacete
Remontémonos al 19 de febrero de 1937, en plena Guerra Civil Española la denominada Legión Cóndor, la fuerza de intervención que el III Reich de Adolf Hitler envió a Franco como apoyo durante la Guerra Civil Española y responsable de bombardeos como el de Belchite o Guernica, lanzaba un ataque aéreo nocturno sobre la ciudad de Albacete encuadrado en el contexto de la batalla del Jarama.
Durante cerca de 6 horas y en intervalos de 15 minutos, la aviación de la Legión Cóndor lanzó bombas de racimo y proyectiles de 50 kg y 250 kg en zonas estratégicas de la capital como la Plaza del Altozano, las calles Feria o Tinte, el Paseo de la Libertad o el aeródromo de Los Llanos. El objetivo era debilitar a las Brigadas Internacionales, las unidades militares formadas por voluntarios de todos los puntos de Europa que ayudaron al bando republicano durante la contienda, las cuales tenían su sede en Albacete, más concretamente en la base aérea de Los Llanos. También destruir la estación ferroviaria, la cual albergaba más de 300 vagones con material de guerra.
Cerca de un centenar de fallecidos
Alrededor de un centenar de personas murieron esa noche de febrero en el que sería el mayor bombardeo sufrido por la ciudad de Albacete de los varios que vivió durante el conflicto armado y frente al que la ciudad apenas pudo combatir. Yakov Vladimirovich Smushkievich, más conocido ‘General Douglas’, el aviador ruso que estaba al frente de la aviación republicana en la base de Los Llanos intentó volar los cazas para la defensa de Albacete, en lo que hubiera sido el primer combate aéreo nocturno de la Guerra, pero no le fue permitido hacerlo. Aún así, la capital se defendió con dos baterías antiaéreas, una de ellas situada en el espacio que hoy ocupa el estadio Carlos Belmonte
Según la investigación de Antonio Selva Iniesta, «Refugios antiaéreos en Albacete (Memoria para la Paz)» para el Instituto de Estudios Albacetenses fue 83 la cifra de fallecidos en el citado ataque, que habrían sido más de no ser por la protección que ofrecieron los refugios del Hospital, del Fortín, de la calle Concepción, del Alto de la Villa o de las calles Cervantes y Muelle.
El refugio antiaéreo de la Plaza del Altozano, todavía en construcción en la noche del ataque y proyectado tras los bombardeos llevados a cabo por ambos bandos en el verano de 1936, continuó sus obras tras el bombardeo de aquel día de febrero de 1937.
Características del refugio antiaéreo de la Plaza del Altozano
El refugio antiaéreo del Altozano situado en mitad de la céntrica plaza albaceteña fue construido en fábrica de ladrillo y mortero de cemento de 0,14 m. de espesor, rellenos de hormigón armado. Su estructura comprende un cuadrado de 20×20 metros con pasillos de 1,75 metros de ancho en paralelo con bancos anclados para que los ciudadanos pudiesen sentarse. Contaba con cuatro entradas. En sus paredes pequeñas pintadas indicativas; «No aglomerarse, sigan al interior», «Prohibido fumar», «Zona de estacionamiento», «Guarden el mayor orden y serenidad posible», las cuales se mantuvieron y todavía pueden apreciarse en su visita.
Este refugio data de abril de 1937. Pasadas las décadas, el Consistorio albaceteño decidió trabajar para su conservación restaurándolo en el año 2000 permitiendo visitas al público hasta 2011. Ya en 2007 se transformó en Centro de Interpretación para la Paz y la Oficina de Turismo de Albacete. En el suelo de la Plaza del Altozano puede verse una pequeña ventana en la que puede apreciarse su interior.
Rehabilitación del refugio y oficina de Turismo
En enero de 2020 se firmó el inicio de las obras de renovación de la Oficina de Información Turística, paralizadas parcialmente a causa de la pandemia del covid-19. El objetivo era el de solucionar problemas de accesibilidad y funcionalidad así como de humedades por filtración de agua. En la rehabilitación se incluirán aseos y la instalación de un ascensor así como medidas de climatización y contra incendios tanto en la nueva Oficina de Información Turística como en los refugios antiaéreos.
Con fecha todavía indefinida de apertura, esta nueva posibilidad de visitar los refugios del Altozano servirá para conocer la historia de Albacete, de sus ciudadanos y el impacto del conflicto bélico en la capital manchega.
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